El guerrero...

...que llevo luz a su consciencia.

El estruendoso ruido de los insultos trajo a Risas de su meditación...

Luis el monje zen-tao, que todos conocen por Risas...

Frunció el ceño automáticamente, no hubo aviso al intelecto...  los viejos registros (samskaras) le jugaron una mala pasada... apenas lo noto, dos años sin la mínima sombra de rabia...  y hoy, precisamente hoy, le invadió la rabia...

Pero no fue el único que las emociones del momento sacaron de la practica matutina...  varios ya estaban de pie y rodeando al atacante...

                                                                                       y no era para más...

aparte de los fuertes insultos, logro darle dos pedradas al Maestro que todos conocen por Milciades...

pero el viejo Milciades continuaba sentado meditando como si no hubiese pasado nada...

los discípulos que ya para este momento tenían controlado y sometido al atacante; esperaban la guía de Milciades...

y no falto a quien como estrella fugaz le llego el antiguo registro de la leyenda del capitán resorte....  dicen que hace trescientos años; el hoy maestro del amor, la paz y la felicidad... comandaba ejércitos que intentaban liberar a las naciones y al mundo del mal...  era experto en el arte de la guerra... (pero esto es otro cuento, luego se relata...)

Milciades abrió los parpados y continuo sonriendo como es lo habitual en él... -sugirió, como de costumbre- que lo soltaran y saludo con un fraternal abrazo al atacante...  lo invito a que continuara con el propósito que lo había llevado allí; que el no es nadie para impedir el libre albedrío de un hijo de Dios, ya que el Padre respeta cada una de nuestras decisiones y ese es el ejemplo a seguir...

Para ese momento más que nervioso estaba confundido...  no comprendía que alguien que había sido insultado y golpeado, no quisiera una revancha...  no mostrara ningún signo de odio en su mirada...  sólo hay brillos de amor y compasión...

Fue tanta la confusión que salio corriendo, apenas se le vio en el horizonte...

El anciano, volvió a su postura de loto, y muy amablemente sugirió que no hay que tener ningún signo de odio, o culpa hacia alguien que nos agreda...  ya que cuando un hijo de Dios que viva regido por la oscuridad, por tamas... cree que agrediendo a alguien puede conseguir un resultado satisfactorio para él; aún no sabe que se equivoca...  y la labor, en ese instante de un discípulo de amor, es ser luz...  es ser ejemplo de otro camino...  ser otra opción...  la humanidad ha probado el ojo por ojo durante trece mil años... y el único resultado es niños, jóvenes, adultos tuertos...  familias en guerra... generaciones en trincheras...

cerro sus parpados y el melodioso silencio volvió a tejer con un aura de paz la practica matutina...

Al día siguiente el agresor había llegado a pedirle a Milciades de rodillas que lo aceptara como su discípulo...  el viejo lo tomo y lo levanto...  le  dijo: que sólo debe inclinarse ante la esencia divina que residen dentro de él...  que es Dios mismo!
y que era bienvenido ya que allí, el único requisito para estar es querer sentarse, respirar, ser pacifico, feliz y amoroso...  y una vez se logra este estado... debe de empezar a llevar la enseñanza a cada corazón que abra las puertas...

nAMAste!